En esta entrega Spawn conoce a su creador (después de pasar por algunos niveles del infierno) y al parecer se encuentra muy orgulloso de su pequeño engendro. De vuelta a New York las cosas parecen cambiar para Al, de por si el chico podría darle un pare cardíaco a cualquiera, pero ahora se torna más violento, más tétrico, en definitiva los callejones tienen un aire mucho más maligno.
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